SUSAN SONTAG: Sobre la fotografía (CAPÍTULO IV - El heroísmo de la visión)


 William Henry Fox Talbot, Insect wings, as seen in a solar microscope, c 1840. National Media Museum Collection.

Nadie jamás descubrió la fealdad por medio de las fotografías. Pero muchos, por medio de las fotografías, han descubierto la belleza. (El nombre con que Fox T albot patentó la fotografía en 1841 fue calotipo: dekalos, bello.)
«Esa cosa fea me parece...bella».


La historia de la fotografía podría recapirularse como la pugna entre dos imperativos diferentes: el embellecimiento, que proviene de las bellas artes, y la veracidad, que no sólo se estima mediante una noción de verdad al margen de los valores, legado de las ciencias, sino mediante un ideal moralizado de la veracidad, adaptado de los modelos literarios del sigloXIXy de la (entonces) nueva profesión del periodismo independiente.

Objeto antes admirado por su capacidad para verter fielmente la realidad y también despreciado por su grosera exactitud, la cámara ha terminado por promover enérgicamente el valor de las apariencias. Las fotografías no se limitan a verter la realidad de modo realista.

 “Denise and Jacques Zola” in the year 1900 - Zola
«En mi opinión --declaró Zola, principal ideólogo del realismo literario, en 1901, tras quince años de fotógrafo aficionado--, no se puede declarar que se ha visto algo en verdad hasta que se lo ha fotografiado».
El fotógrafo era tenido por un observador agudo pero imparcial: un escriba, no un poeta. las fotografías no sólo evidencian lo que hay allí sino lo que un individuo ve, no son sólo un registro sino una evaluación del mundo.


El decenio de 1850 fue la gran época del orientalismo fotográfico: Maxime du Camp, recorriendo Oriente Medio con Flaubert entre 1849 y 1851, centró su actividad fotográfica en atracciones como el Coloso de Abu Simbel y el Templo de Baalbek, no en la vida cotidiana de los fellahin.

The Colossus of Abu Simbel c. 1850 calotype Maxime Du Camp

Alfred Stieglitz refiere orgullosamente que el 22 de febrero de 1893 resistió tres horas un temporal de nieve «esperando el momento oportuno» para tomar su célebre «Quinta Avenida, invierno».

El momento oportuno llegacuando se pueden ver las cosas (especialmente lo que todo el mundo ya ha
visto) de un modo nuevo. La apoteosis de la vida cotidiana, y e! género de belleza sólo revelada por la cámara-un rincón de la realidad material que e! ojo no percibe en absoluto o normalmente es incapaz de aislar; o la vista panorámica, como desde un avión-, éstos son los principales objetivos de la conquista del fotógrafo.

El pintor construye, el fotógrafo revela. Suele considerarse a la fotografía un instrumento para conocer las cosas. Cuando Thoreau dijo «No puedes decir más de lo que ves». De acuerdo con la versión usual, la fotografía usurpó al pintor en la tarea de suministrar imágenes que transcriban la realidad con precisión. Al apropiarse de la tarea de retratar de manera realista, otrora monopolizada por gran la pintura, la fotografía liberó a la pintura para su vocación moderna: la abstracción.

El ethos de la fotografía -educarnos (según la expresión de Moholy-Nagy) en «visión intensivas» parece más próximo al de la poesía que al de la pintura moderna. «No hay verdad salvo en las cosas», como declaró Williams. De acuerdo con los héroes de la modernidad como Weston, la aventura del fotógrafo es elitista, profética, subversiva, reveladora. Así, uno de los éxitos perennes de la fotografía ha sido su estrategia de transformar seres humanos en cosas, cosas en sereshumanos. En la primordial tradición fotográfica de lo bello, la belleza requiere el sello de una decisión humana: que esto sirva para una buena fotografía, y que la buena fotografía transmita un mensaje. La visión foto gráfica tiene que ser renovada constantemente con dar nuevos choques, ya por el tema o la técnica, para la impresión de infringir la visión ordinaria.
 
Fotos de Edward Weston 

Mientras el pintor, según Weston, siempre ha «intentado mejorar la naturaleza imponiéndose a sí mismo», el fotógrafo ha «demostrado que la naturaleza ofrece un número infinito de "composiciones" perfectas, ordenpor doquier».


Aaron Siskind – Facade Unoccupied Building, 1937

«Cuando hago una fotografía---escribe Siskind-, quiero que sea un objeto en teramente nuevo, completo e independiente, cuya condición fundamental es el orden.




 AVIGNON, VAUCLUSE, France—1969. © Henri Cartier-Bresson / Magnum Photos

Para Cartier Bresson, hacer fotografías es «hallar la estructura del mundo, regodearse en el placer puro de la forma», revelar que «en todo este caos hay orden».

En efecto, el triunfo más perdurable de la fotografía ha sido su aptitud para descubrir la belleza en lo humilde, lo inane, lo decrépito. En el peorde los casos, lo real tiene un pathos.Y ese pathos es la belleza. (La belleza de lo pobre, por ejemplo.). Las forografías han revelado que la belleza, tradicionalmente asociada con modelos ejemplares (el arte figurativo de los griegos clásicos sólo mostraba la juventud, el cuerpo en su perfección), existe por doquier.

Weston, Torso of Neil

La cámara puede ser benigna; también es experta en ser cruel. Pero su crueldad sólo produce otro tipo de belleza, de acuerdo con las preferencias surrealistas que gobiernan e! gusto fotográfico. La función tradicional de la pintura de retratos, embellecer o idealizar al modelo, continúa siendo la meta de la fotografía diaria y comercial, pero ha tenido una carrera mucho más corta en la fotografía considerada como arte. Como cada fotografía es un mero fragmento, su peso moral y emocional depende de dónde se inserta. Una fotografía cambia según el contexto donde se ve.

Una de las características centrales de la fotografía es el el proceso mediante cual los usos originales se modifican y finalmente son suplantados por otros, primordialmente por el discurso artístico capaz de absorber toda fotografía. Y algunas fotografías, siendo imágenes, nos remiten desde un principio a otras imágenes así como a la vida.

En una sociedad de consumo, aun la obra mejor intencionada y más atinadamente titulada de los fotógrafos da por resultado el descubrimiento de la belleza.

Fotografía de Lewis Hine

Pero la tendencia estetizante de la fotografía es tal que el medio que transmite la angustia termina por neutralizarla. Las cámaras reducen la experiencia a miniaturas, transforman la historia en espectáculo. Sean cuales fueren los argumentos morales a favor de la fotografía, su efecto principal es convertir el mundo en un gran almacén o museo-sin-paredes donde cualquier tema es rebajado a artículo de consumo, promovido a objeto de apreciación estética.

Al exponer lo cosificado de los seres humanos, la humanidad de las cosas la fotografía transforma la realidad en una tautología. «Una fotografía es un secreto acerca de un secreto --observó Arbus-. Cuanto más te dice menos sabes.




















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